lunes, 3 de julio de 2017

Corazones ciegos


"Los hombres cultivan cinco mil rosas en un mismo jardín y no encuentran lo que buscan...Y sin embargo, lo que buscan podría encontrarse en una sola rosa, o en un poco de agua. Pero los ojos están ciegos...es necesario buscar con el corazón" (El Principito, Antoine de Saint-Exupéry).

 Algún día dejaré de preguntarme cosas que no tienen respuesta...algún día será.

Pero hoy, de momento, sigo pensando en la increible y maravillosa naturaleza humana que convierte en dificil todo aquello que no lo es, que da vueltas y vueltas sobre sí misma hasta caer en trance y luego no recuerda nada. Esa naturaleza humana que es capaz de apartar todo lo más bonito de su existencia por cosas que son banales y vacias.

A pesar de esta gran carencia de sentimientos, nos esforzamos en afirmar nuestra superioridad frente a los animales, cuando son ellos de los que podríamos aprender todos los días sobre lo que es importante y lo que no. Tal vez es necesario resetear nuestra alma y volver a sentir cómo cuando éramos niños y lo importante era tan visible que asustaba.

Hay personas capaces de ver a través de sus ojos de niño o niña, de pensar y creer que algunas cosas imposibles son posibles, de confiar en que las personas muestran sus verdaderos sentimientos y no una burda imagen sin color ni olor que al final se derrumba. Hay personas que todavía caminan por la vida con esa bendita inconsciencia.

A lo largo de los años aprendemos a desconfiar de que todo esto sea cierto y puedan existir personas con la sensibilidad de Antoine de Saint-Exupéry, capaces de crear dentro de si mismos un personaje como El Principito, que sólo ve a través de los ojos del corazón y no está ciego ante la grandeza de los sentimientos. Pero al final caemos rendidos en brazos de la frialdad y la desconfianza ante los sentimientos de los demás, y nos marchitamos lentamente porque nos falta todo aquello que nos da la vida.

Yo quisiera pensar que es posible ser como soy y seguir mirando dentro de mi con orgullo.
En momentos como este, recuerdo exactamente lo que es importante y lo que no, lo que es digno de recordar y lo que es digno de olvidar, lo que perdurará y lo que se marchitará. Momentos como este me hacen pensar que es bueno sentir y no retener los sentimientos, amar y no fingir amar, reír y reír hasta que duela...momentos reales que dejaré grabados para no perder.

Y de nuevo plantaré una bonita rosa en mi humilde jardín, la regaré, la cuidaré y, cuando crezca extraordinariamente bella, la admiraré con el orgullo de quién cuidó lo verdaderamente importante que sólo se ve con los ojos del corazón.